Si tomar conciencia en tiempos sin pandemia ha sido muy difícil, mucho más difícil será tomar conciencia sí estamos atravesando por una medida de contingencia global, en donde la crisis hace que salga lo mejor y lo peor de cada persona. Existen muchos factores que coadyuvan a que el caos reine entre la sociedad, pero creo que el más común sería la desinformación, combinada con el desconocimiento de las autoridades gubernamentales y sanitarias, lógicamente porque es un virus nuevo y apenas están en el descubrimiento de cómo se debe atacar, para luego educar a la sociedad. Después viene el capricho y la falta de conciencia de la gente, que al final “somos todos” y que en nuestra conciencia individual recae la estricta responsabilidad de protegernos y proteger a nuestra familia. En cualquier crisis, la información y el conocimiento, deberían ser las vías de salida y las herramientas usadas para la solución; no obstante, las emociones influyen en la actuación “correcta o errada” de cada individuo para sobrellevar el problema. En estos momentos difíciles, la población es el panorama ideal para que ciertos “actores sociales” aparezcan y así recoger adeptos y guiar sus mentes hacia una agrupación, cuyos ideales, tal vez, no sean los suyos, pero, que frente a la vulnerabilidad no haya nada que hacer y se dejan llevar. Por ejemplo: circulan por whatsApp cadenas de oración, las cuales indican que compartiendo a diez personas un mensaje religioso, “el virus” se irá de esa ciudad; otro mensaje en redes dice que el virus ya cayó al suelo y que ahora la gente lo lleva en los zapatos y que de allí, no sale ni con agua y jabón, ni con alcohol; otros dicen que el virus lo trajo el gobierno a cada país para controlar la población; y vemos que empiezan las culpas por un lado y por otro.
¿Entonces, por qué es mejor tomar conciencia? Porque es lo único que podemos hacer para enfrentar, desde nuestra individualidad y desconocimiento, esta pandemia.
La conciencia se centra en:
- Informarse a conciencia - Buscar información de la OMS o de las fuentes oficiales locales, no desinformarse con lo que llegue a tus redes de comunicación y que no sea oficial. Evitar seguir una conducta de borrego.
- Seguir los protocolos de cuidado, desinfección y protección como mandan las autoridades médicas y sanitarias. (Nada es exceso) Si se pueden llevar los parámetros de cuidado lo más estrictos posibles, siempre será para beneficio.
- Desatender mensajes que buscan centrar la culpa de la situación en alguien puntual, como por ejemplo el gobierno local, tal país o tal otro. Aquí no tenemos que buscar culpables, más bien debemos todos hacernos responsables. La accion individual aporta al bien común.
- Cuidar su salud mental y su salud física - La salud mental es la que nos va ayudar a mantener la sensatez y la coherencia y poder actuar acorde a las informaciones oficiales que nos van dando al respecto. Cada día hay nuevos descubrimientos, hay que estar atentos pero sin pánico.
- Evaluar en casa, cuales situaciones “álgidas” debe dejar “bloqueadas”por estos días, ya que es suficiente con las preocupaciones de la prevención del contagio, para agudizar los temores y el caos, tocando temas escabrosos con su familia en casa. Por el contrario anime a todo su círculo familiar a seguir los protocolos de cuidado y a proyectar esperanza en que esto pasará pronto , mientras todos estemos comprometidos.
- Tomar conciencia de la pandemia - Esto es lo más importante, porque si aún usted cree que esto no lo va a tocar, o que usted no es vulnerable, entonces esa “falta de conciencia” no lo deja actuar conforme es necesario para disminuir el contagio en un tiempo corto; y así, los hospitales no darán a basto.
Tenga conciencia
y sea consciente
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Lic. LuPe
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