Las creencias funcionan quizá como el motor que hace que una situación cambie o se mantenga. Las creencias no son innatas, se van adquiriendo y modelando a lo largo de la existencia, hasta llegar a un punto en el que son definitivas y se convierten en la base de diferentes decisiones. Muchas de las palabras que emitimos son resultado de esas creencias que se han fijado en nuestros pensamientos y son casi “INSCRITOS” con tinta indeleble, mientras no ordenemos que de allí sean removidos....