DURMIENDO CON EL ENEMIGO
Giselle Pelicot
Que crueldad puede habitar en el corazón de una persona al premeditar con tal servicia, el abuso a su pareja sentimental. El agravante de este caso es que el esposo de esta mujer no era alguien n uevo en su vida, era su esposo de 50 años a su lado. Si tu no puedes confiar en alguien con quien has compartido mas de 50 años de tu vida, ¿que vas a hacer? , ¿en quien podrías confiar entonces?
Quiero compartirles un poco de contexto sobre esta noticia que hace mas de 4 mese sacudió la prensa francesa y la sociedad francesa y mundial.
El caso de Gisèle Pelicot se dio a conocer cuando un hombre mayor tuvo en un espacio publico unos comportamientos abusivos con una mujer, ya que estaba filmando de forma abusiva a esta chica y fue descubierto, allí se prendieron las alarmas ya que fue denunciado y la policía fue a su residencia para investigar mas a fondo de quien se trataba, y resulta que este esposo aparentemente “normal” tenia horas y horas de video de su esposa tendida en su cama, drogada, en innumerables ocasiones, abusada “sexualmente” por diferentes hombres.
La recopilación de horas y horas de video, sirvió de evidencia para llevar a juicio no solo al esposo Pelicot sino también a mas de 50 hombres quienes pasaron por esas escenas de abuso, siendo también protagonistas de tan macabros actos.
Giselle Pelicot, era abusada sexualmente por diferentes hombre y mientras esto pasaba , el esposo la drogaba y la dejaba inconsciente para que estos hombre pudieran ejecutar su acto, un acto aberrante.
Recordemos que la pareja Pelicot, llevaba 50 años de casados y las pruebas de video cuenta aproximadamente los últimos 10 años de convivencia. Fatal y triste.
Analicemos de forma un poco aislada a este tema, el hecho de atender las banderas rojas en mujeres y hombres, mientras vas conviviendo con una persona.
No sabemos exactamente el caso de esta persona como tal, pero si nos deja una enseñanza para ver las banderas rojas en las personas con quienes compartimos la vida. Hay ocasiones en las que las red flags están allí, pero queremos ser sordos y ciegos y a toda fuerza seguir adelante con un proyecto fallido de relación de pareja. El amor propio debe primar para poder compartir con otra persona y hacerse respetar, y también respetar al otro.
Ahora si hablemos de este caso IMPRESIONANTE de GISÈL PELICOT quien por estos días vuelve a ser noticia porque ya emitieron una sentencia en contra de su abusador, su esposo.
El caso de Giselle Pelicot, una mujer de origen francés que ganó notoriedad en los medios debido a un complejo y lamentable drama personal, se convierte en una ocasión para analizar el impacto psicológico del abuso emocional y físico en una relación matrimonial.
Aunque los detalles del caso han sido discutidos en varias plataformas y reportajes, el análisis que quiero compartir hoy seenfoca en los aspectos psicológicos que emergen cuando un esposo defrauda y abusa de su esposa, usando el contexto del amor en el matrimonio como base para profundizar en los efectos emocionales y psicológicos de tal situación.
Contexto del caso de Giselle Pelicot Giselle Pelicot
Giselle es una mujer que estuvo en una relación con su esposo por 50 años y aunque no sabemos como fueron esos años a su lado, se vivieron altos niveles de tensión social al conocerse la estremecedora noticia.
Podría existir en esa pareja abuso normalizado, tensión emocional, falta de empatía y un posible, abuso psicológico.
Como en muchos casos de abusos en relaciones de pareja, la falta de una comunicación efectiva y el abuso de poder por parte del esposo son temas centrales. Recordemos que no sabemos el contexto de la relación de pareja de estas personas, no obstante el conocer como afecta el trato y las conductas masivas que se van detectando a lo largo de la convivencia y como debemos poner especial atención a todas esa señales que van diciendo que las cosas no andan mal.
Esto ha sido impresionante cuando se conoció esta noticia en los medios del mundo. Sin embargo, más allá de los eventos específicos, el caso plantea un importante cuestionamiento sobre los aspectos más profundos de las relaciones conyugales, el amor y cómo, en ciertos contextos, un esposo puede defraudar a su esposa de manera profunda y dañina.
Análisis psicológico del amor en el matrimonio
El matrimonio, como institución, se basa en una relación de pareja en la que los dos individuos, a través de un compromiso mutuo, buscan el bienestar común, la afectividad y el apoyo mutuo. El amor, en este sentido, debería ser un espacio de respeto, seguridad y cooperación.
El abuso de poder, por su parte, suele ser un factor que distorsiona estos ideales, especialmente cuando uno de los miembros de la pareja utiliza su rol para manipular, controlar o infligir dolor al otro.
El concepto de amor idealizado vs. amor tóxico
En el matrimonio, el amor a menudo se idealiza. Los esposos se ven a sí mismos como compañeros que van a superar juntos cualquier adversidad. Sin embargo, este amor puede convertirse en algo tóxico si se pervierte por dinámicas de control o abuso. La relación puede empezar a ser vista como una "prisión emocional" en la que uno de los miembros (en este caso, el esposo) ejerce un control desmesurado sobre la otra persona.
El abuso puede no solo ser físico, sino principalmente psicológico: la constante manipulación, la humillación y la invalidación de la otra persona minan su autoestima.
Para Gisèle Pelicot, como en muchos casos similares, la experiencia de estar en una relación donde el amor se convierte en un mecanismo de control y menosprecio es desgarradora.
Defraudar a la pareja: de la promesa al abandono emocional. Cuando un esposo defrauda a su esposa, no solo está cometiendo una traición en términos de confianza o lealtad, sino que, al hacerlo, también socava los cimientos emocionales sobre los que se construyó la relación, y aunque esta relación ya llevaba muchos años y se supone que ya estaba consolidada, hubo tradición y la traición emocional tiene un impacto profundo en la psique de la víctima.
- En este caso, Giselle Pelicot, en su relato, podría haber experimentado sentimientos de desesperanza, traición y soledad, acompañados de una pérdida de confianza no solo en su pareja, sino también en su propia capacidad para tomar decisiones adecuadas en el contexto de su relación. El abuso emocional que experimentan muchas mujeres en matrimonios disfuncionales se caracteriza por una constante confusión sobre lo que es real. El esposo puede minimizar o negar sus comportamientos abusivos, haciendo que la esposa cuestione su percepción de la realidad. Esta forma de manipulación psicológica, conocida como gaslighting, es una herramienta común en relaciones abusivas, y podría haber sido parte del sufrimiento que Giselle vivió.
3. **El impacto psicológico del abuso en el matrimonio** Las mujeres que viven en matrimonios abusivos a menudo experimentan trastornos psicológicos graves, tales como depresión, ansiedad, trastornos de estrés postraumático (TEPT), y en casos extremos, pensamientos suicidas. Esto se debe a que el abuso constante erosiona la autoestima y la sensación de seguridad emocional.
En el caso de Giselle, si se hubieran producido estos tipos de abuso emocional o físico, es probable que haya experimentado un sentimiento de desvalorización, desesperanza y una profunda pérdida de la confianza en su pareja y en sí misma. Además, las mujeres en matrimonios abusivos a menudo sienten una fuerte ambivalencia: por un lado, desean salvar su relación, y por otro, sienten que han sido traicionadas en el núcleo de su ser. Este conflicto interno puede llevar a una parálisis emocional, donde la víctima no sabe cómo actuar ni cómo recuperar su equilibrio psicológico.
El abuso emocional y la dinámica de poder en el matrimonio es un tema de absoluta relevancia, ya que es una parte crucial de este análisis y radica en la comprensión de cómo el abuso emocional y la dinámica de poder pueden pervertir lo que, en un principio, era una relación basada en el amor y el compromiso. El esposo de Giselle, como muchos otros hombres en situaciones similares, probablemente ejerció una manipulación constante que le permitió mantener el control de la relación.
Este control puede haber tomado muchas formas: desde la crítica constante hasta la agresión emocional, pasando por el aislamiento de la esposa de su círculo social. El abuso emocional es insidioso porque, a menudo, no se ve de inmediato. Mientras que el abuso físico es más evidente, el abuso emocional opera en un nivel más sutil y, por lo tanto, es más difícil de identificar. En este sentido, Giselle, como muchas otras mujeres en su situación, probablemente experimentó una sensación de impotencia y desconcierto, no solo por lo que estaba viviendo en la relación, sino también por la dificultad de expresar y validar ese sufrimiento ante los demás.
Consecuencias a largo plazo para la víctima Las consecuencias de estar atrapado en un matrimonio abusivo son profundas y duraderas. El daño psicológico que resulta de vivir una relación abusiva no desaparece fácilmente una vez que la persona escapa de esa situación. La recuperación emocional puede ser un proceso largo y doloroso, en el que la persona afectada debe reconstruir su identidad y su autoestima. En muchos casos, las víctimas de abuso en el matrimonio experimentan un ciclo de autocrítica, culpabilidad y vergüenza, sintiendo que de alguna manera fallaron o no fueron capaces de mantener la relación en pie. Este ciclo es un efecto del abuso psicológico y contribuye al aislamiento social y emocional.
¿Como podemos darnos cuenta de las cosas que pueden pasar en donde nos veamos en peligro en manos de nuestra propia pareja?
Diría que es muy difícil detectar algún acto de maldad cuando todo se ve normal, pero hay situaciones donde las banderas rojas nos muestran fácilmente que algo no anda bien, que hay señales claras de que se puede esperar cualquier cosa del otro. La madurez de las personas, la conducta estable, la aparición de aberraciones, la falta de amor, la mentira, el egoísmo, la falta de importancia, la mezquindad y tantas cosas que nos van dando señales que no debemos dejar pasar y que debemos tomar como señales importantes para cuidar nuestra propia integridad.
Este hombre ahora recibe una condena de 20 años en la cárcel, pero ¿esto será suficiente para resarcir el dolor y el daño causado a su esposa, compañera, madre de sus hijos y fiel convencida de que su esposo era su guardián?
No se que opinas tu, déjame tu opinión acá abajo en comentarios.
¡Gracias por tu lectura!
#Lupitaescribiendo