Suposiciones que se convierten en una realidad
Eran como las seis de la tarde y ya iba terminando mi jornada de trabajo, cuando me disponía a hacer una pausa, estirar mi cuerpo un poco, empezar a cerrar los libros, apagar todo y desconectar mi mente para entrar en modo "relax"
Vino a mi cabeza un conjunto de supuestos que me pusieron a pensar mucho, y a medida que iba pensando cada una de esas ideas, acariciaba la cabeza peluda de mi gato Fidel.
Empecé a preguntarme por ejemplo:
¿Qué pasaría si yo cambiara mi manera de pensar hacia los otros, me sentiría muy sereno y tranquilo.
Si yo encontrara lo positivo en todo, mi vida sería digna de vivirse.
Si yo usara un lenguaje más amable, me sentiría bien y haría sentir mejor a los demás.
Si yo me aceptara tal cual soy, superando mis defectos, mi familia y mi ambiente estaría mejor.
Si yo siempre deseara el bienestar a los demás sería muy feliz.
Si yo trabajara con amor, los resultados serían mejores.
Entonces Fidel cerraba los ojos y luego los abría, poniendo su mano sobre la mía indicando que no parara de acariciar su cabecita redondita. Es que si yo cambiara un poco, también cambiaría mi mundo.
Solo en una mente egoísta, el cambio no es una opción, entonces pensé, claro que puedo dar cambios, y cambios poderosos en mi propia mente,que me lleven a vivir mejor y con ganas de seguir mejorando día a día. A veces la rutina me rapta de los placeres que da el bienestar, la paz y el amor.
Pensamientos de una persona que desaprende y vuelve a aprender.
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