Cuando era niña, por ahí en 2º grado tenía una profesora divina, "La profe Pili", era amorosa y parecía una mamá, solo recuerdo eso, pues a esa edad no podía entender los muchos otros valores que Pili podía tener, solo sé que la recuerdo mucho. En adelante he tenido muchos "profes", que han dejado una huella difícil de borrar, al contrario, han dibujado caminos por los cuales he podido caminar.
Homenajear a un profesor de verdad, es reconocer la pasión con la cual desarrolla la tarea; por esa misma pasión hace cada cosa lo mejor que puede, esperando su recompensa: su alumno diciendo que entendió; y mucho más allá, que su alumno sea feliz y haga de su aprendizaje un instrumento para la vida.
Antes de buscar conceptos, procesos, palabras técnicas, "los profesores de vocación" se convierten en esa guía invaluable para los estudiantes, esa persona quien le da claridad a lo que parece turbio, hacen que parezca fácil lo que se ve imposible penetrar y entregan cada minuto de su trabajo con la esperanza de ver este mundo mejor.
No quiero expresar en estas palabras nada de la realidad actual que se aleje de un sentimiento de amor y agradecimiento para estas personas tan valiosas, solo quiero exaltar su labor, invitando a todos quienes en este momento tiene la posibilidad de agradecer y festejar a un profesor, lo hagan, este es el día.
FELIZ DÍA DEL PROFESOR.
Con cariño,
Lupita