Las competencias emocionales Aprendizaje
Después de buscar y leer sobre éste tema, que me apasiona tanto, porque soy una convencida de que “las emociones rigen en gran medida nuestra vida”, encontré un estudio en el que afirman que (según Bisquerra y Bisquerra y Pérez), se entiende por competencias emociónales un conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para tomar conciencia, comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales. Como se puede observar, las competencias emocionales contribuyen a una mejor adaptación al contexto social y a afrontar de manera creativa los retos que se presentan en la cotidianidad; por ello, es un imperativo lógico que (los docentes y estudiantes) – (padre e hijos) – (esposo y esposa) (amigos)- (vecinos) desarrollen estas competencias, para lograr un mejor aprendizaje, mejorar las relaciones inter/intrapersonales, lo que conlleva a elevar la calidad de vida y, por ende, ser más eficiente y eficaz en los diferentes escenarios donde tengan que desenvolverse.
En consecuencia se dividen estas competencias en tres grandes ámbitos:
Habilidades emocionales: que consisten en reconocer los propios sentimientos, identificarlos y expresarlos ante situaciones cotidianas, lo cual significa tener habilidad personal para poner los sentimientos en palabras, ser asertivo, medirse y no ser inoportuno ni imprudente. Es decir caminar sobre esa delgada línea donde lo que digo es claro, pero respetuoso.
Habilidades cognitivas: mediante las cuales se comprenden los sentimientos ajenos y se respetan las diferencias individuales; se aprende a leer e interpretar los indicadores sociales; asumir la responsabilidad de las propias decisiones y acciones; tener en consideración las consecuencias de diferentes alternativas posibles; es como la conciencia de que yo actúo por mi bienestar pero, no maltrato ni atropello al otro; y el chiste de esto radica en que “piense antes de actuar”.
Habilidades conductuales: que ayudan a resistir las influencias negativas; escuchar a los demás; participar en grupos positivos para interactuar con los compañeros; responder positivamente a la crítica; comunicarse con los demás a través de otros canales no verbales como gestos, expresión facial y tono de voz, entre otros; es clave resaltar que estas competencias no son cualidades innatas, sino habilidades aprendidas, las cuales individualmente aportan una herramienta básica para potenciar la eficacia; la carencia de las aptitudes mencionadas anteriormente se denominan analfabetismo emocional.
Como estamos en constante aprendizaje, todos somos llamados a ser aprendices de estas habilidades para ser poseedores de una inteligencia emocional. En cualquier ámbito y en cualquier etapa de la vida podemos aprender y desaprender algo, así que tiene gran injerencia en nuestra vida empezar por cosas sencillas, como por ejemplo:
· Saludar, el otro siempre será el reflejo de lo que usted proyecta
· Amarse en su propia individualidad
· Respetar los gustos de los otros
· Preocuparse por aprender cada día
· Cuidar su salud
· Valorar su trabajo y profesión
· Aumentar la creatividad para resolver problemas
· Reír, bailar, cantar, leer.
· Plantearse metas, trabajar por ellas y cumplirlas.
· Por último, y no menos importante:
Ámese y ame
No se guarde todo lo que puede dar
Gracias por tu lectura.
Lupita