Los nervios se definen como la sensación de ansiedad, agitación, tensión y angustia que tenemos ante determinadas situaciones o pensamientos.
Cuando estos estados son realmente normales, los detectamos sencillamente porque se acelera el corazón, sentimos cambios de temperatura y creemos que lucimos nerviosos. Los nervios muy alterados que nos llevan a bloquear nuestro pensamiento y proceder, anuncian una alerta que debe ser tratada.
Nuestra tranquilidad y control se perturban cuando estamos a la expectativa por un evento en el cual buscamos algo importante y para ello ponemos todo nuestro esfuerzo y dedicación y estamos al maximo de nuestra capacidad atentiva; pero si los nervios pasan a excederse, hacen que pierdas el control de la actividad planteada y genere un bloqueo.
El problema aparece cuando esa ansiedad aumenta, y en lugar de ayudarnos a superar ciertas situaciones, nos bloquea mentalmente y no somos capaces ni de hablar, actuamos torpemente y las ideas parecen incoherentes.
Nos enfrentamos a un examen y no recordamos nada, incrementa la sudoración ante esa entrevista decisiva, no fluyen las palabras para exponer una idea, aparece la insoportable tartamudez y te pones rojo como un tomate.
¿Cómo se que estoy excesivamente nervioso?
- Tensión muscular, palpitaciones, temblores, nauseas, sensación de mareo, sudores y sensación de calor.
- Alteración del sueño: dificultad para conciliar el sueño o sensación de no haber descansado al despertar.
Algunas recomendaciones
- Dedica un tiempo diario a tu afición favorita.
- Identifique sus debilidades y fortalezas.
- Lea contenidos constructivos.
- Conozca nuevas personas.
- Practique algún deporte.
- Organice tu tiempo.
- Planee sus actividades.
- Aleje de su vida la improvisación.
- Asesúrese de conocer los temas que va a tratar.
- Sea feliz.
No olvide que conocerse
a sí mismo es parte de
su desarrollo y triunfo.
¡Gracias por leernos!
Luz Marina Peña
Imagenes Google
Área: Psicología
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